Figeac, pequeña ciudad de la región de Occitanie, es conocida por su rico pasado histórico y cultural, así como por su actividad industrial de vanguardia. En particular, es la ciudad más pequeña de Francia que cuenta con un Instituto Universitario de Tecnología.
El nombre de Jean-François Champollion está indisolublemente ligado al de Figeac. El famoso egiptólogo que descifró los jeroglíficos en 1790 nació aquí. En la actualidad, la casa natal alberga el Museo de las Escrituras del Mundo, en la plaza Champollion.
Con su enorme lámina de cobre atravesada por 1.000 caracteres de escritura, la fachada del museo oscila entre la historia antigua y la modernidad poética. El museo cuenta la fascinante historia de la escritura en las civilizaciones humanas. Sus colecciones únicas le llevarán de viaje por todo el mundo, desde los mayas hasta China, pasando por el Mediterráneo.
Descubra la sorprendente Place des Ecritures, justo detrás del Museo Champollion. En su centro se encuentra una gigantesca reproducción de la Piedra Rosetta diseñada por el artista estadounidense Joseph Kosuth. La monumental obra de granito negro sobre el suelo incorpora 3 tipos de escritura grabada -jeroglífica, demótica y griega antigua- que se pueden pisar con los pies.
Al pasar, admire el patio medieval, bellamente rodeado por una galería de estilo gótico y presidido por jardines en terrazas plantados con papiros egipcios.
Es fruto de una leyenda. Se dice que en pleno invierno del siglo VIII, una flor de espino indicó el emplazamiento de la futura iglesia a Anastasio, el legendario primer abad de Saint-Sauveur.
La iglesia, construida en el siglo XIII en lo alto de una pequeña colina, es sin duda el lugar de culto más antiguo de la ciudad. Alberga un retablo monumental dedicado a la Virgen que data del siglo XVII. Es el retablo barroco más grande del Lot.
Deténgase un momento frente a la iglesia para contemplar una espléndida vista de los tejados de la ciudad y su mar de tejas rojas.
